Intervención inicial familiar Y COMUNIDAD EDUCATIVA
No juzgarle. No reprocharle su manera de pensar o actuar.
Tomar las amenazas en serio, no criticar, no discutir, no utilizar sarcasmos, ni desafíos. Minimizar sus ideas es una actitud equivocada.
No entrar en pánico.
Adoptar una disposición de escucha auténtica y reflexiva.
Comprender que, por muy extraña que parezca la situación, nuestro familiar está atravesando por un momento muy difícil en su vida.
Emplear términos y frases amables y mantener una conducta de respeto (p.e. “Me gustaría que me dieras una oportunidad para ayudarte”).
Hablar de su idea de cometer suicidio abiertamente y sin temor (descartar el mito de que nosotros le vamos a dar la idea de suicidarse).
Conocer los motivos que le llevan a querer acabar con su vida y barajar alternativas de solucionarlo o brindar apoyo emocional si ya no tiene solución.
Estar atento a las señales de alarma.